Ayer domingo 24 de febrero conseguí finalizar mi segundo Maratón. ¡Qué duro es!¡Y qué traicionero también!. Cuando crees que ya lo tienes dominado, te puede jugar una mala pasada en un minuto. Pero cuando entras en el Estadio Olímpico y cruzas la línea de meta te sientes un héroe. Son sensaciones que no se pueden explicar y que sólo las siente el maratoniano. En ese momento la dureza de la prueba queda en un segundo plano.
Pero antes de narrar la crónica de mi carrera quiero dar las gracias en primer lugar a mi mujer, por estar ahí siempre ayudándome para poder salir a entrenar. Sin ella esto sería imposible. También a mis padres que estuvieron en Sevilla apoyándome y se dieron un madrugón importante, y a mis suegros que se quedaron cuidando de los niños en Jerez. Y por último a Borja, que sin sus masajes no me hubiera recuperado a tiempo para llegar a esta cita con el Maratón.
Y ya centrándome en la carrera decir que un maratón no tiene nada que ver con cualquier otra prueba deportiva y la concentración y todos los detalles son muy importantes.
LA CRÓNICA:
El 24 de febrero comenzó muy temprano. Desde las 5 no podía dormir y a las 5:45h ya estaba en planta. Los nervios no me dejaban estar más tiempo en la cama. Iba con tiempo de sobra puesto que llegamos a Sevilla el sábado y estábamos ubicados en un Hotel bastante cerca del Estadio Olímpico, en la zona de Triana, pero los nervios son los nervios y la verdad quería estar en el Estadio cuanto antes para evitar cualquier contratiempo.
Una vez puesta la ropa deportiva para la carrera y tomado el desayuno salimos sobre las 7:00h.
A las 7:15 estábamos en los aledaños del Olímpico aparcando el coche y con una temperatura de 3 grados, aunque sin viento, por lo que yendo abrigado no se estaba mal. Para la hora del comienzo de la carrera se esperaban unos 6 grados. La previsión era de una mañana magnífica para correr y así fue.
Este año la carrera, debido al incremento de corredores (se ha llegado a los 7.150), salía desde la Avda. Carlos III, muy próxima al Estadio.
Una vez en la zona de los cajones de salida, nos encontramos con Juanfran, compañero del Colegio que iba a correr su primer Maratón y con el que estuve hablando hasta la hora del calentamiento. Espero que haya conseguido terminarlo.
Una vez finalizado el calentamiento y los estiramientos, fotos para el recuerdo con mis padres y mi mujer.
En esta edición del Maratón de Sevilla se contaba con la participación de ilustres maratonianos como Abel Anton y Martín Fíz, además de Chema Martínez que iba a competir por ganarlo.
Pues nada, entre una cosa y otra a las 9:00 horas en punto se dio la salida a la carrera con un ambiente espectacular. Música de AC-DC y los primeros metros andando y trotando hasta pasar por el Arco de salida donde activé mi reloj.
La idea era la de ir a un ritmo de 5:10/km hasta los 25 ó 30 kms y a partir de ahí, si tenía fuerzas intentar incrementar un poco hasta el final.
Así fuí sobre estos ritmos y cuando pasé por la Media Maratón me encontraba muy bien, bastante cómodo y controlando la situación.
Una vez llegado a los 27-28 kms me sentía con confianza y empecé a marcar tiempos por km. de 5 minutos o incluso algún km. por debajo de 5. En el 30 pasando por el campo del Betis y encarando la Avda. de la Palmera seguía manteniendo las buenas sensaciones. Todo iba perfecto. El famoso muro no aparecía de momento por ningún sitio. Después de esto accedimos al Parque de María Luisa, Pza. de España y encaramos hacia la zona centro pasando por la Catedral. Decir que en estos kms. el ambiente era espectacular. La gente en la calle animando sin parar incluso en algunas zonas se había creado entre el público y los corredores un pasillo estrecho como cuando vemos las imágenes de los ciclistas subiendo una montaña. Estoy hablando ya del km. 35-36 aproximadamente. En fin, que mirando el reloj y el ritmo que llevaba los cálculos eran de hacer unas 3h treintitantos minutos.
Y el muro o el tío del mazo como también se dice me estaban respetando. Pero en el Maratón, hasta el rabo todo es toro y pasando el km. 38, cuando ya sólo quedaban cuatro para la meta, mis amigos los femorales me dijeron que a ese ritmo no podía ir. Así es el Maratón. Empecé con la pierna derecha y un km. más adelante con la izquierda, por lo que tuve que reducir el paso a más de 6 minutos el km. apretando los dientes porque sabía que hasta el final tocaba sufrir, sólo que este año serían 4 kms. y el año pasado fueron diez.
Y nada, cuando ya ves el Estadio delante y sabes que lo vas a conseguir, aunque me dio rabia el no haber podido rebajar más mi tiempo del año pasado, sólo puedes decir que lo has vuelto a hacer, que a pesar de los obstáculos y las dificultades,como en la vida misma, cuando se quiere algo y se trabaja para conseguirlo, al final se ven los resultados.
Entrada por el tunel sur y a dar la vuelta a la pista de atletismo. Los últimos 300 metros. Prueba conseguida y entrando en meta marcando con la mano la "V" de victoria y de dos maratones a las espaldas. Paré el reloj en 3h 44 minutos.
Y para finalizar la crónica quiero dedicar este Maratón a mi abuela y a mi tía-abuela, que las recuerdo todos los días. Y a Dani, con cuyas iniciales en mi camiseta llevo corriendo ya más de dos años y al cual recuerdo constantemente, enviarle un abrazo sabiendo que nos da fuerzas a los DBM en cada carrera desde ahí arriba.
Un saludo.