Crónica XXII Recorrido Atlético Playas de Rota 140811

En esta ocasión hemos sido los valientes Antonio Morales, Gustavo Aragón y Alfonso Caballero. Y digo los valientes por lo que nos esperaba. Una carrera dura, puesto que aún con la marea baja la arena estaba blanda, había zonas con algas, piedras y algunos charcos que había que ir sorteando durante el recorrido, además de una humedad muy alta. En la vuelta del recorrido el calor fue insoportable.

Con estos datos para ponernos en situación lo que queda es comentar la carrera desde sus preámbulos, indicando que partía desde la playa de la Costilla hasta la playa de Punta Candor y vuelta, unos 8km 270 metros según mi Garmin y el de Morales. 

Una vez estuvimos los tres DBM con nuestros dorsales, gracias a Gustavo que ya estaba en la cola cuando llegué al lugar de recogida junto a mi padre (fotógrafo oficial DBM), nos  hicimos la foto oficial de la carrera con un amigo de Gustavo y comenzamos el estiramiento y el calentamiento por el mismo paseo marítimo para después bajamos a la zona de salida en la arena mojada de la playa.

Pasados unos minutos de las 9:30 horas sonó el pistoletazo de salida y.. a correr.

Antonio Morales y yo empezamos juntos. A Gustavo  en los primeros metros lo perdimos de vista sin saber si se encontraba delante o detrás nuestra. El ritmo que llevábamos era de 4' 15'' el primer km. Antonio me acompañó un km y medio y bajó el ritmo, algo que ya me había comentado antes de salir. A los dos km con mi ritmo de 4' 15'' aproximadamente fuí adelantando a corredores y me encontré a Gustavo. Su salida tuvo que ser bastante fuerte, pero ya había bajado el ritmo, por lo que lo saludé y adelanté manteniendome a 4' 15'' hasta llegar a la mitad del recorrido donde, a pesar del calor sofocante, subí en los km 5 y 6 a 4'05'' y 4'08'' y el 7 y 8 a 4' 13''. En los casi 300 metros que faltaban hasta llegar a la meta realicé un último esfuerzo terminando en un tiempo de 34' 53'' y a un ritmo medio de 4'13''/km. Decir que se hizo duro el recorrido y sobre todo la humedad que no te dejada ni respirar.

Después del esfuerzo, una buena ducha y a reponer fuerzas con un desayuno en la misma Plaza de la Costilla con la familia, que una vez más estuvo allí, acompañando a este loco corredor.

Y para finalizar, un recuerdo como siempre para Dani.